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Las imperecederas «reglas del olvido»

junio 19, 2013

Las grandes historias están a la vuelta de la esquina pero a veces se agazapan o se olvidan y por eso Penélope las busca sin cesar. Paradójicamente esta historia va de olvidos.

Un historia de olvidos que llegó sola, sí sola, porque nuestra protagonista no requiere de presentaciones y adornos, le sobra con su verbo plasmado sobre el papel y ése es el mejor piropo que se le puede dar a una escritora. Palabras.

Ella es  Isabel Garzo . Acaba de volver de su periplo por la Feria del Libro de Madrid y nosotros le hemos pedido que nos hable del proceso de creación de una obra como «Las reglas del olvido«, su última novedad,  novela que según la opinión de la actriz Elena Anaya,  «esconde un guión cinematográfico»

Autora

Cuando le mostramos nuestro interés hacia su labor ella se encargó de facilitarnos el trabajo tanto que hemos querido darle un giro a nuestra conversaciones para convertirlas en «Las cuatro patas de una odisea literaria» . Garzo está hecha del «material de las zapatillas de ballet, de la tierra seca y de las tardes azules» y quizá por eso, no le importa desvelar a los odiseros  su saber hacer a través de cuatro experiencias que les serán de utilidad a los autores noveles que posen sus ojos en este humilde blog.

Os dejamos con las «cuatro patas de una odisea literaria» según Isabel Garzo pero no penséis que esto acaba aquí, nos queda mucho que leer hasta llegar al desenlace de esta «colaboración literaria involuntaria».

El arranque

Hace tres años decidí comprobar si era capaz de escribir algo más largo que un relato. Para poner un punto y aparte a mi producción anterior, recopilé las historias que más me gustaban (las que hablaban, precisamente, de cosas pequeñas) y publiqué con ellas mi primer libro: Cuenta hasta diez (Incógnita Editores, 2010). Una vez solucionada esa inquietud y vivida esa estupenda experiencia, me vi preparada para empezar a escribir mi novela que, por cierto, hasta muy poco antes de su publicación tuvo otro título diferente.

El tema

Hacía tiempo que quería escribir sobre un tema: la inercia con la que defendemos decisiones pasadas sin pararnos a pensar si aún aplican o, por el contrario, las circunstancias han cambiado (o lo hemos hecho nosotros) y deberíamos modificar el rumbo. Los cambios dan miedo, y decidí poner a mi personaje en una situación límite para que realmente tuviera que replantearse todo desde cero. Así nacieron Inés y su amnesia.

El proceso creativo

Una característica que no me ayuda a la hora de escribir «largo» es que tiendo a desvelar la información demasiado pronto a los lectores. Por ese motivo creé un documento de Excel donde fui estructurando la trama principal. Así me aseguraba de no irme de la lengua. Después, ir completando con las tramas secundarias y con los pasajes más poéticos no me resultó difícil.

El punto final

Corregí la novela muchas veces, he perdido la cuenta. Cada vez que la relees cambias palabras o párrafos enteros, te das cuenta de que has repetido cosas o de que hay escenas que no son coherentes (por la hora del día en la que ocurren o la reacción de un personaje, por ejemplo).

Cuando encontré la editorial LoQueNoExiste, hice aún más correcciones siguiendo sus consejos y los de mi prologuista, Miguel Sandín. A partir del día en el que pones (no sin dudas, está claro) el temido punto y final, viene el resto del trabajo, que no es poco: encontrar amigos que se quieran volcar en el proyecto, ayudarte a diseñar una preciosa portada, hacerte una foto para la solapa, dar difusión al libro… Cuando empiezas ese proceso, el libro deja de ser tuyo y pasa a ser de muchos, de cada uno que ha aportado su granito de arena.

En el próximo post hablaremos de esta novedad editorial

En el próximo post hablaremos de esta novedad editorial

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